martes, 20 de enero de 2015

Eva y Mónica capitulo 1: Una historia que igual a Malu no le gusta mucho


ANTES DE TIIII NOOO, YO NO CREÍA EN ROMEOS JULIETAS MURIENDO DE AMOOOR, ESOS DRAAMAS NO ME ROBABAN LA CALMA, PERO LA HISTORIA CAMBIÓ....

Y así empezaba mi primer concierto de Malu, con un par de amigas que también querían ir a verla, teníamos entendido que los conciertos de Malú por toda España estaban llenos de bolleras, lo cual nos hacía mucha gracia así que casi todo el rato comentábamos "esa lo es, es también, ui esa te mira quiere algo contigo, esa fijo quiere chuparte todo el coño" típicos comentarios que hacemos las heterosexuales estupidas estaréis pensando las que leéis esto, porque sois todas bolleras y os restregáis si podéis en estos conciertos, cosa que a Malú poco le va a gustar. Que por cierto, ponga Malu o Malú, el corrector me lo va a subrayar como mal, el corrector es homofobo o fan de Rosario Flores.



Estaba yo cantando felizmente la siguiente canción, llegamos muy muy tarde así que estábamos casi tocando la valla trasera, donde había una pareja de lesbianas liándose, una chica con un longboard, y otro grupo de amigas sentadas, también varias madres que supongo que sus hijas estarían por ahí perdidas ocultando su sexualidad entre tanta bollera.



Que nadie calle tu verdad 

que nadie te ahogue el corazón 
que nadie te haga más llorar 
¿Qué hace la quinqui esa del long mirando como canto? Giré mi cabeza para mirar al frente de nuevo y seguir cantando, pero a cada minuto, no podía evitar girarme para fijarme más en esa chica, ella no dejaba de mirar como pego mis alaridos propios de concierto y reírse en mi cara porque paraba de cantar por su culpa.


Pasó la mitad del concierto, en las mismas, hasta que en una de las veces que me giré para comprobar si de verdad solo me miraba y vacilaba a mi, la chica no estaba. 
Debería sentirme mas a gusto porque ya no estaba y podría disfrutar del concierto más tranquila, pero no, parece ser que resultó ser mas entretenido el juego de te miro no te miro con aquella tía que la propia Malú. Oh dios mio lo que acabo de decir.


-Monica tía ¿que haces? ¿ya estás buscando novia por aquí? ¿Te nos has transformado? - dijo una de mis amigas al ver que yo estaba desquiciada mirando hacia atrás, y hacia los lados buscando algo.
Me reí, me hice la loca y seguí a las canciones, ¿donde estaba mi acosadora? ¿donde estaba esa tía? Y la llamo acosadora porque soy una tonta que me creo que toda bollera que me mira quiere violarme, pero bueno, en este caso hasta resultaba agradable que me mirase, ¡¡¡así que ven aquí a mirarme!!!


Acabó el concierto, salimos del recinto y cada una de nosotras se fue a su coche para volver a casa. Como no, me puse en el coche a Malu y seguí cantando por el camino.

De repente en un lado de la calle, hay alguien haciendo aspavientos con las manos, como llamando la atención de los coches para que alguien la llevase, que asquito ¿no? Una autoestopista, zarrapastrosa fijo y con necesidad de una ducha. Pues no, me tuve que callar, nada más pasar por su lado y mirar a ver como era por curiosidad, justo era aquella chica del long, la del concierto, así que algo en mi, no mi cabeza seguro, me hizo meter un frenazo y parar al lado de donde estaba.

-Eh, casi te pasas, y te olvidas de mi! 

-Ems... que dices - dije ya nerviosa, ¿de que iba esta tía?
-Si, me mirabas mucho en el concierto y bueno igual pensé que te gustaba - dijo la chica mientras se acomodaba bien acomodada en el asiento del copiloto.
-¿Como me vas a gustar si a mi me gustan los hombres? 
-Si, y por eso estabas en un concierto de Malu, claaaaaaaaro, entonces, ¿por qué me seguías la mirada?

Lo único que me salió en respuesta a eso fue un tartamudeo tontísimo que provocó que la chica, que resultó llamarse Eva, se descojonase de mi. 


-Bueno, vamonos de fiesta ¿no? 

-¿Pero a ti se te ha ido la cabeza? Además ¿quien te ha dicho que te subas al coche?
-Bueno, me he subido y no has puesto oposición.


En ese "no has puesto oposición" Eva puso su mano en mi muslo, y acercó su boca a mis labios, una ola de calor recorrió mi cuerpo, es verdad no había puesto oposición a que subiese al coche, y me temblaba todo ahora mismo, y no de miedo. Se quedó unos segundos con su mano apoyada en mi muslo derecho, y su boca a escasos centímetros de la mía, luego se separó con esa puta sonrisa.


-Bueno arranca hacia atrás, nos volvemos al concierto otra vez - Eva

-Pero..pero si ya ha acabado - musité
-Si, pero veras tu que bonita la explanada de césped del concierto ahora que es de noche y no hay focos, todo oscuro tu y yo. - Eva.


¿Y sabéis que? Que arranqué el coche sin decir nada y le hice caso, otra vez dirección explanada del concierto de Malu. ¿alguien es capaz de explicarme que estaba haciendo?
En mitad del camino, metí otro frenazo similar al de cuando la vi en la carretera.

-No quiero ir a ningún sitio, ¡anda bájate y vete a casa! - le dije intentando estar calmada pero era inevitable estarlo.
Eva volvió a acercarse a mi boca, otra vez sonriendo, poniendo su manita en mi muslo, la tenía a cinco centímetros, podía sentir su respiración. Llevó sus manos hacia mi entrepierna, dirigiéndose por dentro de mi muslo derecho, ay dios, por qué me estoy dejando, con sus dedos rozó mi pantalón justo en el interior de mis piernas mientras al mismo tiempo sus labios tocaron los míos, o no estoy segura de si me tocaron porque me temblaba todo el cuerpo. Su boca paso a mis mejillas, con la otra mano retiró el pelo de mi oreja, me besó el cuello, y me susurró "Anda nena, sigue hacia donde te dije" me dió otro beso en la oreja y en el cuello, mientras su mano se retiraba de mi entrepierna.

Ay la vida, seguí conduciendo entonces hacia la explanada aquella, creo que ya sabía que quería esta tía de mi, y lo peor es que no lo estaba parando para nada.



Eva era morena con el pelo largo, llevaba gorra y creo que le pude ver algunos tatuajes así a simple vista, su cara era fina y delgada, con los rasgos bastante marcados. Explicarme que hago describiéndola en mis pensamientos mientras se me cae la baba si se supone que a mi no me gustan las tías!


Llegamos por fin a aquel sitio, es verdad, era mas bonito de lo que parecía durante el concierto, será porque esta vacío y no hay miles de bolleras sudando y a saber que más líquidos están produciendo sus cuerpos. Bueno, ¿y ahora que?   


Después de aparcar, antes de que pudiera decir nada, Eva cogió mi mano y me llevó hacia la misma zona donde me había estado mirando horas atrás, y ahí me hizo sentarme al lado suya en el césped.


-¿Qué te apetece? - Eva

-¿Cómo que qué me apetece? Me has traído tu aquí! - No me lo podía creer, vamos, encima de que vengo ahora me pregunta que qué quiero.
-Bueno para algo habrás querido venir ¿no? - Eva

Giré mi cabeza indignadísima hacia el otro lado, no sabía que contestar, y de lo roja que me había puesto no sabía que hacer. Eva, me cogió del hombro, me giró para que le mirase, me agarró con sus manos la cara, rozando con la yema de sus dedos mi cuello, consiguió erizarme la piel en un instante, y mi respiración se aceleró; sin más dilación me comió la boca, provocando una oleada de placer en mi cuerpo que ninguno de mis ex-novios me había producido jamás.


No dejó de besarme, tampoco me soltaba, tampoco yo quería frenarla, tampoco es que pudiera moverme, sus manos me acorralaban. Su lengua, su respiración, la suavidad de sus labios en mi boca me estaba llevando a donde nunca había estado. Me empujó hacía el suelo, estaba frío, pero que mas da, ya se puso Eva encima para cubrirme del frío. 


Nunca me habían besado tan intensamente, tan así, con un beso hizo que todo mi cuerpo pidiese más, ¿cómo puede ser esto real?












sábado, 17 de enero de 2015

Un viaje en coche típico de Carol y Lucia.



Tres minutos para que el tren llegue, tres minutos para pisar Madrid, para ver esa carita sonriente de la chica mas guapa del mundo, y no quiere decir que vuestras novias sean mas feas que la mía, sino que pa' mi, la mía es la más guapa porque es la que me gusta.

Suena el móvil, me tiemblan las manos y casi se me cae al suelo del tren, es ella.
-Eh cielo, ¿cuanto falta?
-Pues creo que unos 20 minutos.
-Ay bueno que nervios, a ver si llegas ya, ¿viene con retraso entonces?
-Si, parece que si aun se ve campo, nada de ciudad.
-Bueno, he aparcado ya, aquí te espero.

Ya sé, ya sé... que quedan 3 minutos y no 20, pero es que me gusta cogerla desprevenida, y más aun abrazarla desde atrás, después de sentirla noche tras noche esperarme, quiero quitarle las penas con un abrazo inesperado.

Bueno bueno bueno que el tren está parando; no soy de esas personas que esta ya de pie esperando a que abran las puertas, pero en estos casos si. Ahí estoy la primera, lista para buscarla. Ando un poco perdida siempre por la estación, pero aiaiaiaiai que tengo a mi niña a 10 metros y aún no se ha dado cuenta.

Ya está, estoy tan cerca que la huelo desde aquí, lleva una colonia, que he de reconocer que me pone demasiado, pero creo que me pondría en cualquier persona que la llevase, estoy un poquito enfermita si.

La abrazo, dios, este es de los mejores momentos de todos, lástima que solo ocurra unas 7 veces al año, el reencuentro, pero por ver su pedazo de sonrisa y lo guapa que está merece la pena la espera. Se da la vuelta y me abraza más fuerte de frente, lo mejor de todo es que a medida que avanza la relación más ganas le tengo, momentos así jamás me van a cansar. Ella sueña con tirarse a mis brazos y cogerse tipo a caballito, pero mi espalda no está para esos trotes, así que lo compenso con el primer beso de muchos que le pienso dar.

"Discutimos" porque quiere llevarme la maleta al coche, le entran unos cuantos "aaaaaaai" de esos que te coge los mofletes y te apachurra, y ya me tiene enamoraita más si cabe, porque vamos, yo creo que más pillada de esta mujer no se puede estar.

Finalmente nuestro momento, a solas en el coche, como comprenderéis tengo muchas ganas de comérmela a besos. La beso, pero un beso en condiciones, donde ponemos todas nuestras ganas acumuladas, dios, su lengua, sus manos recorriendo mi cuello, su puta colonia que me enloquece, le encanta tocarme el cuello mientras me besa, sabe que eso me acelera. Soy tan lerdita que me compro su colonia y la echo en la almohada cuando estamos lejos.

Arranca el coche dirección su casa. Es de noche, llevamos mes y medio sin vernos. Lucia no puede aguantarse y me pide le toque la entrepierna mientras conduce, me niego, varias veces me niego y no es que no tenga ganas, sino que; coño, vas conduciendo. Pero nada, siempre caigo ante sus encantos, en el fondo, yo también tengo ganas de aquí y ahora.

Suena Britney Spears, que nos flipa a ambas. Lucia agarra con las dos manos temblando el volante, no puede contener los suspiros que provocan la yema de mis dedos al rozar su pantalón, simplemente varias pasadas suaves para provocar que la temperatura en el coche suba algunos grados. Un "uff nena" que sale de su boca ya me enloquece el cuerpo.

Quiero llegar ya a casa, empotrarla y que la noche nos lleve. Pero el camino Atocha-su casa no es tan corto como yo quisiera. Sigo pasando mi yema del dedo por su pantalón, ahora mucho mas marcado el camino de sus labios. Quiere abrir las piernas para que yo pase mi mano por completo, pero tiene que tener los pies en los pedales por lo que no puede moverse de como está. Una situación bastante excitante para mi, ya que la estoy provocando al extremo, diciéndole al oído todo lo que me gustaría hacerle, mientras simplemente paso mi dedo por su entrepierna, que no me hace mas que darme calor.

Pronto estamos ya por su barrio, no en carretera, y de un volantazo Lucia se para en una zona del polígono, me quita la mano, se desabrocha el pantalón, se retira las braguitas, vuelve a coger mi mano y la lleva hacia su entrepierna, esta vez sin nada que me impida disfrutar lo mojada que está. Que efectivamente, esta empapada. Paso solo la yema del dedo, tal y como lo estaba haciendo antes, igual de despacio, la situación me pone, saber lo desesperada que está porque la toque y seguir tocándola pero así de despacito. Arriba, abajo, repartiendo la humedad; ahora en círculos, ahora en esa zona que a ella la retuerce, pero solo con la yema del dedo corazón.


-YA ESTÁ, FOLLAME POR FAVOR!!! - Lucia
-Es que me está divirtiendo demasiado hacer esto, me relaja - Carol

Mentira, no me relaja, me pone a mas de ochocientos, pero me encanta tenerla así de encendida. Continuo más tiempo dedicándolo a tocarla, a pasar mis dedos, esta vez con dos, sigo en la zona, mojando mis dedos más aun, resbalan, se deslizan. Hacen amago de entrar pero no entran. Lucia sigue agarrándose las braguitas para retirarlas lo máximo posible, abriendo las piernas hasta tocar la puerta del coche con la rodilla izquierda. Me suplica que le folle de nuevo, no quiero, no considero que deba darle ese placer ahora, me encanta provocarla, me vuelve loca comerle la boca mientras mi mano esta mojándose ahí abajo, tocando sus labios suavemente.


La forma en que me besa me demuestra y me da a entender que quiere más, que eso le gusta, pero necesita satisfacer la necesidad que el cuerpo y el movimiento de su vientre le piden, mueve las caderas como si le fuera la vida en ello, como buscando que mis dedos entren.
Finalmente le doy lo que quiere, pero no todo lo que me pide, quiero que me sienta dentro por unos momentos, introduzco en ella solo un dedo, despacio, que sienta como le roza lento, como entra y llega hasta el final; Lucia se retuerce y mueve en círculos la cadera para sentir más aun ese dedo.

Pero no lo va a sentir tanto como desea, porque no lo voy a mover. Lo dejo quieto, y lo saco pero muy muy despacio. Ahora vuelvo a tocar todo el exterior de su entrepierna con mi mano, pasando cada uno de mis dedos secos para mojarlos, creando un camino con cada uno de ellos. Me los llevo a la boca, uno a uno para saborearla, le pone que lo haga, le pone que me lleve a la boca el dedo que ha estado dentro de ella, y que succione varias veces. Sobretodo si le miro a los ojos. Lucia suspira, gime lento y suave. No sabéis lo que puede encender esta mujer con esos jadeos.

Ahora quiero más, me encanta el sabor, me encanta el calor que desprende. Echo su sillón hacia detrás dejando espacio suficiente para meterme entre el asiento y el volante para agacharme ahí, quito por completo sus braguitas, dejándolas en el asiento del copiloto, necesito que Lucia abra bien las piernas para sentir por completo como me empapa la boca.

No me demoro más, se acabó el ir despacio y suave, ataco donde más le gusta, donde mas le pone, ahí justo en el sitio. Pasadas en línea, justo en el centro del clítoris, mi lengua baila, pero no al azar, sino justo donde se que le gusta, donde se que mi lengua y mis labios van a disfrutar de ella y de todo lo que puedo sacar de ella cuando esta perrísima.

Su cuerpo se eleva apoyándose en lo que puede para erguirse, mi lengua baja, se olvida del clítoris, y llega hasta la entrada, poso la punta de la lengua justo en el sitio donde se que la va a enloquecer más, meto parte de mi lengua, y realizo pequeños movimientos dentro-fuera-dentro-fuera, mojando mi boca. Lucia se retuerce, mueve las caderas, para que mi lengua tenga más fácil el acceso. Si, la estoy follando con la lengua, pero solo en la entrada con la punta de la lengua, sin salirme de ahí. Lucia gime, gime y gime, y sus gemidos son el motor que mueve mi lengua dentro y fuera.
No para de moverse, de agarrarse donde puede para impulsarse, de mojarme. Su interior recorre mis labios, ahora si, ahora esta preparada para que le folle.


Me salgo de ahí, llevo mi boca a su boca, dándole a saborear todo lo que le he producido, ahora es cuando mis dedos entran con toda la facilidad del mundo en ella. Cuando mirándola a la cara y besando sus labios, mis dedos entran y salen suave pero rápidamente hasta llevarla al máximo placer.






jueves, 17 de abril de 2014

Lo que ocurre mientras Carol escribe.



Eran como las 6 de la tarde, estaba yo sentada en la silla delante del ordenador, escribiendo cosas en el blog, revisando twitter y viendo vídeos de youtube, vamos las cosas que solemos hacer cuando nos metemos en Internet, estaba bastante distraída. Lucia estaba haciendo un examen en su facultad, a las 4:30 pm salió de casa, el examen acabaría a las 8 me dijo, así que mientras mataba el tiempo en el ordenador.

Aproveché para escribir un relato y publicarlo en nuestro blog, pasada una media hora de las 6, Lucia entró por la puerta de la habitación, era su último examen así que estaba bastante contenta.

-¿Que tal? ¿Que rápido no? Apenas has tardado en hacer el examen, entre ir y venir allí, ¿Que lo has hecho? ¿En una horita? - le dije asombrada, mi chica es muy insegura para los exámenes así que no era normal tan poco tiempo.

-Pues genial, me lo sabía perfecto, por eso acabé tan rápido. - dijo Lucia sonriéndome mucho y dudosamente también sonreía picaramente - hay otra cosa que también me se muy bien pero no me gusta acabar rápido, ¿sabes?

Me hice la tonta, como si no supiese de que hablaba, le devolví la sonrisa, tomé su mano traiéndola hacia mi, la senté en mis piernas para abrazarla y darle mi enhorabuena con un beso. Lucia se giró para mirar la pantalla a ver que estaba haciendo, seguía sentada sobre mi, no sabéis lo que me flipa que Lucia, con una falda puesta se siente en mis piernas.

-¡Anda! ¡Has escrito un nuevo relato! ¿Puedo leerlo? - Lucia

El relato era uno de esos que empiezo a escribir y me pongo cachondisima solo de pensar en lo que escribo, le dije que sí que empezara a leer pero que no se moviera de mis piernas que siguiera ahí sentada. Lo mejor de todo en Lucia cuando lleva falda es que lleva unas braguitas muy muy finas, que cuando estamos perdidamente con ganas de darnos de todo tengo total acceso a ella.

Lucia comenzó a leer, de vez en cuando soltaba cosas como "ui, esto me suena" y seguía con esa risilla tonta adorable muy característica suya, pero poco a poco su voz se calmaba y pasaba a ser mas nerviosa, hasta que paso a estar en silencio. En un instante se levantó de mis piernas para pasar a sentarse en mi muslo, a poner cada pierna a un lado de mi muslo (como montando a caballo).

Dios que sensación, sentí derepente toda su entrepierna posada en mi, brotaba un montón de calor. Mientras Lucia seguía leyendo su pelvis se movía en mi muslo, no me lo podía creer, se estaba empapando leyendo; estaba frotándose y tratando de satisfacerse con mi pierna.

Se movía muy despacio, lento, me estaba nublando la vista de excitación, ya debía de haber terminado de leer. En efecto, ya no estaba mirando la pantalla, se agarró a la mesa, abrió un poco mas las piernas, elevando la falda para que no le molestase y posó de nuevo su entrepierna en mi muslo. Pasé del frío al calor en segundos, tenía empapada la pierna de lo mojada que estaba Lucia, se aferraba a la mesa y se deslizaba por mi, seguía frotándose. Atónita estaba yo, no tenía ni idea de que podría producirle eso.

Podía sentir su clítoris excitado tocarme, plas plas plas recorría mi muslo despacio, haciendo que mi propia entrepierna latiera y se estuviera mojando sola. Lucia se dio la vuelta, se quitó la falda y las braguitas, esta vez se sentó igual, con una pierna a cada lado de mi pierna, pero mirándome; parece ser que pretendía ponerme más cachonda de lo que ya estaba.

Se dedicó a continuar frotándose, esta vez más lento, cogió mi cara y me hizo mirarla a los ojos. Sus labios eran recorridos por su lengua, se los mordía, jugueteaba con ella misma, sabía que eso me encendía a mas de lo que imaginaba. Yo ya no podía mas, baje mis manos por su cuerpo, traté de acceder como pude a su entrepierna, obligándola a no tocar mi muslo, metí mis dedos directamente en ella, tenía que darle todo lo que me había provocado.

Y así con Lucia agarrada a mi cuello, con su culo hacía atrás, y yo sentada en la silla de la que no me había movido, comencé a mover mis dedos rápidamente, la zona estaba más que húmeda, Lucia gemía, se le acabó la tontería de provocarme, era hora de sanar mis ganas de tenerla, podía oír mis dedos entrando de lo mojadita que estaba, Lucia jadeaba cada vez mas ahogadamente.

Sorpresa la mía cuando Lucia me cogió la mano, esa mano cuyos dos dedos principales la estaban masturbando.
-Eh, esto tenía que hacerlo yo, disfruta mirando - dijo Lucia respirando aceleradamente. ¿que querría decir con eso?

A los dos segundos lo averigüe, no soltó mi mano para masturbarse ella y hacerme verlo rabiando por darle yo, sino que uso mi mano para masturbarse. Dejé la mano muerta para hacérselo más sencillo, se estaba tocando con mi propia mano, me estaba excitando más aun si cabía posibilidad. Necesitaba que se corriese en mi mano, sentirla, ponerme más perra aun. Poco a poco sus fuerzas aumentaron, sus tomas de aire se aceleraron, soltó un gemido de esos que encienden a cualquiera, y noté un calor descomunal en mis manos a la par que una humedad monumental.

Se paró, me miró, esa mirada de zorra, si de zorra, porque cuando me mira así me encanta, quiere decir que quiere comerme y que no puede más con las ganas. Parecía cansada, pero por lo visto no.

-Oye, te he dejado la pierna hecha un percal ¿no? - dijo mientras pasaba sus dedos por la zona húmeda que había dejado en mi muslo su entrepierna - ¿habrá que limpiarlo un poco no? - volvió a lanzar una de sus miradas mientras se llevaba esos mismos dedos a la boca. - Quiero que escribas, escribe un relato mientras disfrutas ahí abajo, si paras de escribir mi lengua no se moverá, así que piensa rápido que vas a contar.

Se agachó bajo la mesa, llevando su lengua a la zona mojada de mi muslo, de ahí, de cuatro lenguetazos llegó a mi entrepierna, previamente me hizo quitarme la ropa. Es así como empieza la historia de otro relato, que pronto publicaré. Ahora ya sabéis que pasa mientras Carol escribe y Lucia ronda por ahí cerca.





miércoles, 16 de abril de 2014

Zaida y Martita: Parte 5



-Has venido, por fin Zaida joder, no sabes cuanto tiempo te he estado esperando, mi madre me decía que te olvidase, que dejara de pensarte, que me haría mal, pero el recuerdo de verte es lo único que me motivaba, lo único que hacía que tuviese ganas de seguir con vida en este mundo. - Marta estaba estupefacta, sollozaba, las lágrimas le caían por la carita mientras decía estas palabras.

Zaida asombrada, Marta la quería, y la había estado esperando todo este tiempo, cuando de repente el brazo de Marta se dirige a la cara de Zaida, no precisamente para abrazarla, sino para darle un manotazo. Zaida no sabe como actuar, su primera reacción fue ponerse a llorar, de dolor, del momento tan esperado, de tantas sensaciones y emociones.

-¿Pe..pero porque me pegas? - Zaida - Déjame explicarte, mi padre...
-Calla, no te pego por eso, tu padre llamo a mi madre, alterado por nuestra relación, diciéndole que no nos volveríamos a ver jamas, que él te iba a curar, y gilipolleces de esas. Mi madre me avisó que quizás tu no volverías en el tiempo que dijiste, que por eso me olvidase, pero yo estaba segura que nadie te iba a impedir venir a verme, o eso quería creer, y mira estas aquí. Y te pego porque siempre que estamos en esta esquina del parque me abrazas, y aun no lo has hecho.- Marta

Zaida soltó un leve suspiro y la abrazó. Se sentaron en el césped del parque sin dejar de mirarse, como si el tiempo no hubiera pasado, como si Zaida jamás se hubiese ido, Marta la quería y pasaba todos los días en ese parque esperando que todo aquello de que Zaida se había tenido que ir era una broma. Pero por fín todo ese mal trago, por no decir tragazo, se acabó Zaida estaba ahí con ella, podía olerla, tocarla, mirarla a escasos centímetros.

-Oye Zaida, ¿y estas sola? ¿tienes pareja? Porque igual tras todo este tiempo has empezado con otra persona - musitó Marta despacito, con miedo a la respuesta.
-Bueno, pues sí estoy con alguien, y me hace realmente feliz - soltó Zaida con una gran sonrisa.

Tras la respuesta de Zaida, se dibujó una gran cara de tristeza en la cara de Marta, ahora no sabía donde meterse, solo bajó la mirada con gran decepción en su corazón. Zaida cogió a Marta de las manos, le pidió que levantase la cabeza y la miró a los ojos, hizo un gesto con los párpados pidiéndole que le sostuviese la mirada.

-Marta.. si estoy con alguien.. ¿y sabes? Es jodidamente preciosa, en todo este tiempo he sentido cosas muy fuertes por ella, jamás pensé que sentiría así, la quiero, la amo a reventar y siempre estaré con ella a muerte - Zaida seguía con la mirada clavada en Marta, Marta estaba asustada no se podía creer que no la había esperado - ¿y sabes que es lo mejor de todo Martita? Que esa persona eres tu.- La cara de Marta se tornó completamente, de la más profunda decepción a la alegría suprema - Sí, Marta, me prometí esperarte y aquí estoy, porque cuando tienes una conexión con alguien, jamás se desvanece, no pienso renunciar a ti por nadie.

Zaida se llevó otra torta.
-Aii, oye ¿y ahora que? ¿Por qué me pegas? - Zaida
-Porque llevas 10 minutos aquí conmigo y aun no me has besado, y si me quieres tanto bésame ya Zaidis - Marta

Y por fin tras todo ese tiempo se besaron, ¿conocéis la sensación de besar a una persona tras meses y meses? Es absolutamente increíble, es como repetir el primer beso, ese que siempre recuerdas, que siempre te gustaría volver a repetir, ese que tuviste con aquella persona especial, aquel con el que de verdad notaste todas las mariposas de la vida.

Marta se abalanzó sobre Zaida, la tiro boca arriba sobre el césped del parque, se la estaba comiendo a besos, de la boca al cuello, de la oreja a las mejillas, no podía de tanto júbilo que le crecía en el corazón. Marta no paraba, sus manos bajaban por el torso de Zaida, llegando a su monte de venus.

-Eh eh Martita, ¿donde vas? ¿estas segura? - Zaida
-Llevo esperando este momento muchísimo tiempo, quiero hacer todo por primera vez contigo, y quiero que sea ahora, ademas cielo.. tendré que compensarte las dos tortas que te he metido - Marta

Así que, dicho esto, las manos de Marta continuaron bajando, rozó con sus manos las braguitas de Zaida, la cual se retorcía, apenas Marta rozaba su clítoris con la yema de los dedos a través de las braguitas y Zaida ya se movía de un lado a otro.

-Shh cariño, relájate, déjate llevar - susurró Marta al oído de Zaida, continuó por el mismo sitio con leves movimientos, con la punta de los dedos podía notar a través de la tela de las braguitas como se iba humedeciendo la zona. Zaida relajó las piernas, dejó de pensar, y solo se encargó de no dejar de mirar a Marta a los ojos y de besarla con todas sus ganas, aun así estaba inquieta, era algo desconocido para ella. Lo más importante en estas situaciones es no perder la confianza. Las piernas de Zaida se entreabrían poco a poco.

Cuando Marta notó a Zaida más receptiva, echó las braguitas hacia un lado y palpó directamente toda la entrepierna de Zaida, dios que sensación, tocar a tu novia por primera vez, es un boom de sentimientos, de cosas que te recorren el cuerpo, y lo mejor de todo es que si quieres con Marta y Zaida se quieren siempre vas a sentir eso, y es lo más grande que te puede pasar, hacer el amor con amor, con el corazón.

El dedo de Marta se movía en círculos con más facilidad, Zaida no se retorcía ya, solo respiraba aceleradamente y tímidamente dejaba más paso a la mano de Marta. Zaida estaba tan húmeda que hasta estaba sonrojada, se cruzaron sus miradas, dejaron de besarse, llegó el momento.

Ese momento en el que sientes a tu chica dentro de ti, y te está mirando, pero no puedes mantenerle la mirada porque te está haciendo disfrutar, haciendo sentir cosas dentro de ti que nunca habías sentido, y que por muchas más veces que repitas siempre será increíble la experiencia. Marta agitó sus dedos, moviéndolos despacio, Zaida paso de respirar rápido a un leve jadeo. Marta la miraba, puso todo su corazón en la situación y no podía evitar estar perdidamente empapada también.

Los dedos de Marta se movían muy despacio, quería que Zaida disfrutase, que dejara de sentirse culpable por pensar que la había abandonado, admiraba la carita de su novia, cara de completo placer, por fín Zaida se había relajado, ya no se retorcía de dolor e incertidumbre, sino de felicidad, de máximo placer, de ilusión, de subidon en el cuerpo. Marta movió los dedos hasta que sintió como los jadeos de Zaida cambiaban de tono y se tornaban a unos más agudos, lo había conseguido. En apenas 30 minutos que llevaban juntas, Martita había conseguido que Zaida liberase todas las tensiones que había acumulado en este tiempo de espera. Se querían, y su objetivo era seguir queriéndose mutuamente.

Cuando dos personas se quieren, hacer cosas por la otra debe salir solo, las acciones que haces por la persona que ames deben ser sin esperar nada a cambio, y si es la persona correcta, hará lo mismo. Es así como la vida es más fácil y bonita. Encontrar una persona que te haga feliz con hacerla feliz es lo mejor del mundo; es lo que a mi personalmente más me llena, me siento feliz queriendo, y seguiré queriendo así. Coger a esas personas por las que sentís cosas bonitas (no hablo ya de amor de relación) y decirles que pensáis de ellos, os quedaréis a gusto con vosotras mismos, y encima esa persona por la que sentís algo bonito, sonreirá.








sábado, 21 de diciembre de 2013

Sex-shop parte 2


Los pezones de Lucia se podían percibir a través del vestido, estaba super sexy, despeinada, con el vestido movido dejando ver sus muslos y parte de sus braguitas, yo estaba casi igual llevaba shorts, estaban descolocados, mi entrepierna palpitaba un poco, no sé como iría Lucia o la chica pero supongo que estarían también mojadas y excitadas por todo lo que estaba ocurriendo allí.

-Oye, no estáis incómodas así, ¿queréis que os enseñe de primera mano el resto de la tienda? - dijo la mujer; nosotras nerviosas perdidas asentimos con la cabeza, el calentón que llevábamos encima no se nos quitaba.

La tienda tenía mas fondo aún, nos llevó a la zona de la ropa interior de chica, corsets, braguitas y cosas por el estilo.

-Hay unos nuevos modelitos muy chulos y picantes, ¿queréis verlos? Bueno, para que esteis mas seguras, me pruebo uno y me decís que os parece.

No pasaron ni 2 minutos, la chica salió con unas braguitas negras y la camisa de cuadros que antes llevaba, vamos que no se había puesto nada nuevo solo se había quitado ropa, podía verse como un pezón asomaba sutilmente cada vez que estaba de perfil, eso nos encendió aún más, la mujer tenía un cuerpo bestial, unas curvas perfectas, era morena de piel, nos perdimos mirándola.

-Tranquilas, he cerrado la tienda, estamos las tres solitas, ya os dije que os iba a enseñar la tienda de primera mano, y quien dice mano, dedo. ¿no? - y así imponente y desafiante se nos acercó empotrándonos de nuevo contra la pared mas cercana.

Lucia y yo estábamos apoyadas en la pared, y la chica nos miraba, empezó a rondarme, acariciándome el cuello, bajando hasta mis pezones, noto que estaban completamente erectos, sonrió, pasó la yema de sus dedos desde mi ombligo hasta mi boca, haciéndome lamerle los dedos con ganas.

Se separó de mi, fue a por Lucia, su vestido seguía levantado, la mujer le bajo las braguitas dejándoselas por los tobillos, puso la mano en su entrepierna, y empezó a acariciarla con los dedos que previamente le había chupado yo. Me puso a mas de mil. Veía a Lucia estremecerse, retorcerse de placer y gemir, toda mi entrepierna palpitaba y estaba completamente húmeda.

Terminó con Lucia, por ahora, y volvió a dirigirse a mi, los mismos dedos con los que había penetrado a Lucia me los volvió a meter en la boca, me supieron a gloria. Notó que mi cuerpo palpitaba, así que no se lo pensó ni una vez más, me bajo los shorts y las braguitas. Y ahí contra la pared, metiendo centímetro a centímetro de dedito, empezó a masturbarme, muy lentamente.

Estaba que no cabía en mi de excitación, me estaban dando contra la pared y Lucia miraba cachonda perdida. Tan cachonda que se arrodilló, su boca rozó mi entrepierna mientras la otra me estaba haciendo aquel dedo, noté su lengua rozarme el clítoris, Lucia se volvía loca ahí abajo, la boca se le hacía agua.

Tenía a mi chica comiéndomelo todo mientras la dependienta me hacía el dedo mas lento que me han hecho jamas, sentía cada latido de su dedo dentro de mi. Lucia alzó la vista mirándome a los ojos, la miré, seguramente noto en su boca todo el calor que acababa de soltar de entre mis piernas. La dependienta me agarró de la barbilla, obligándome a mirarla a la cara mientras su dedo seguía dentro, no me soltó la cabeza, así que seguí mirándola, lo que provocó que la velocidad de masturbación aumentara hasta hacerme correrme sobre la boca de Lucia.

-Bueno, no vas a dejar que tu chica no disfrute de tu lengua ¿no? - dijo la dependienta, incitando a Lucia a tumbarse sobre el suelo. Obviamente no, no iba a dejar a Lucia sin disfrutar de mi lengua.

Tenía a Lucia tumbada con las piernas flexionadas hacia arriba, así que me puse a 4 patas delante suya, metí mi cabeza entre sus piernas. Separé levemente sus labios con mi lengua dejando a la vista el clítoris, Lucia suspiró, lo repetí más despacio, abriendo sus labios.

La dependienta se había ido de repente, pero para volver, y para nuestro asombro traía un arnés puesto, el que estábamos mirando para reemplazar el que ya teníamos.

-Quiero que no te muevas de esa postura a cuatro patas, y tampoco levantes la cabeza, quiero que tu chica chorree de lo perra que la pones comiéndoselo.

A mi cabeza solo se me vino la idea de seguir comiendo, tampoco pensaba parar ya que me encanta hacerlo. Pero también pensé que la mujer querría hacer algo con ese arnés, la inquietud y el nerviosismo se sembraron en mí. Tardaron poco en irse cuando la mujer se puso detrás mía, quitándome todos los miedos me penetró con el arnés estando ella de rodillas detrás mía.

La situación era inimaginable, Lucia boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas hacia arriba, yo con la cabeza entre sus piernas a cuatro patas dejando mi coño libre para la mujer, ella aprovechó esto para darme a probar uno de sus arneses, no paró de darme, mis gemidos se ahogaban entre los fluidos de la entrepierna de Lucia.

Oír jadear y suspirar a Lucia me ponía aún mas, me empapaba tanto que el arnés entraba con total facilidad, hasta que Lucia soltó un gemido que hizo que se me empapara aún mas la boca, la dependienta redujo la velocidad, penetrándome, haciéndomelo sentir dentro, cuando lo sacó.

Saco el dildo de dentro de mi, y puso la punta de este en mi coño, me estaba dejando con las ganas, la muy perra. Se puso de pie.

-Ya sabe tu chica como funciona este nuevo arnés - dijo dirigiéndose a Lucia- esta noche la terminas tu.




Sex-Shop parte 1



Entramos en el sex-shop para comprarnos un arnés, Lucia tenía ganas de probar algo nuevo conmigo, yo estaba inquieta, me daba vergüenza entrar en un sitio así y que un señor o una señora nos viera comprar cosas ahí, en cambio Lucia parecía muy tranquila, como si estuviera por su casa en batín vamos.

Mi chica se puso a mirar los dildos y arneses que había por allí, señalándome los que más le gustaban, yo con toda la cara colorada diciéndole "si si ese ese" para salir rápido de allí.

De repente se nos acerca la dependienta,
-¿Necesitáis algún tipo de ayuda?
-Si, gracias, estamos buscando dildos pequeñitos, ¿cuales tienes? - Lucia

Mi cara ya tenía color tomate, la mujer se nos quedó mirando, era morena, tenía unos ojos que se clavaban en nosotras, calculo tendría unos 28 años, llevaba una camisa de cuadros, lo cual trajo a mi cerebro un mensaje "BOLLERA"

-Bueno, pues tenéis este, es normalito, fácil de limpiar, y así como consejo personal, es el que solía usar yo y nos iba genial - nos dijo la mujer.

Osea, confirmado, es lesbiana, eso me tranquilizaba, me hubiese dado mas vergüenza que fuera hetero o que fuese un tío, no me pidáis explicación. Le dimos las gracias y seguimos dando vueltas por la tienda, era bastante grande y había cosas que jamas pensé que existían, como culos de plástico, para meter el pene supongo.

Estábamos al fondo de la tienda, la dependienta iba detrás nuestra sigilosamente haciendo como que pasaba el plumero por las estanterías.
-¿Se pensará que vamos a robar? - le decía yo a Lucia.
-No sé cielo, espero que no piense eso porque sería de coña, con lo buena y bonita que eres - susurró Lucia mientras me daba un besito en la mejilla.

La chica de la tienda se nos acercó, la tía se había desabrochado varios botones de la camisa dejando ver su pedazo de escote, ay dios. Dirigiéndose a Lucia le preguntó que si queríamos algo más que le avisásemos que se le había olvidado mencionarlo antes.

-Eh, tienes algo aquí chica, espera que te lo quite - dijo la dependienta pasando su mano por el cuello de Lucia, acto seguido le comió la boca, en un instante, pude ver como Lucia se ponía roja, y la otra le metía la lengua hasta la garganta, he de reconocer que me puse un pelín cachonda, pero me quedé muda, atónita.

-Tranquila hay más para ti - me susurró la dependienta al oído, puso su boca delante de la mía cogiéndome de la cintura y empezó a jugar con mi lengua lascivamente, mis ojos se abrieron como platos, y los de Lucia mas aún, ¿qué quería la mujer esta?

-No te pongas celosa - le dijo a Lucia, empotrandola contra la pared, la mujer le estaba comiendo la boca con tanto desenfreno que el vestido cortito que Lucia llevaba se estaba levantando dejando ver sus muslos y parte de sus braguitas, me estaba excitando bastante, yo seguía mirando, no podía creerme lo que estaba pasando.

-Eh eh que contigo no he acabado - vino a mi, me empotró a escasos centímetros de donde había empotrado a Lucia, la mujer siguió con mi boca, su lengua iba al compás de la mía, me puso su muslo entre mis piernas, sin dejarme moverme, haciendo que mi entrepierna palpitase por el momento, la situación y todo lo que estaba ocurriendo. Lucia observaba a poquísima distancia, parecía que ninguna de las dos queríamos parar lo que podría pasar mas adelante.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mis sueños con Lucia


Te imagino con el arnés puesto, que por atrás te queda tipo tanga, poniéndote cachondisima al pensar lo que vas a hacer de aquí a poco. Comiéndome la oreja, susurrándome cerdadas, haciendo que me palpite, tu intención es cegarme, nublarme para poder disfrutarme sin medida, emborracharme con tu boca, te acercas a mis pezones y juegas con ellos, me masturbas usando tu método de las tetas, me estás enloqueciendo. Mojando como siempre, haciéndome sentir muy perra.



 Cuando ya ni me doy cuenta mis piernas están muy abiertas, palpitando, empapada, que si me tocas chorrea por las piernas, inocente, impaciente, me levantas las piernas, te pones en medio y empiezas a rozarme, suspiro y jadeo desesperada, porque me tienes a reventar, esto solo acaba de empezar

Vuelves a engatusarme en tus juegos de seducción, me giras para levantarme y me susurras que me ponga a 4 patas, te subes en mi, para mi todo eso es nuevo, pero me gusta que me domines, me lleves y tengas tantas ganas de hacerme disfrutar, me tocas las tetas lascivamente, me comes la oreja, agarras mi cintura y empiezas a darme desde atrás, gimo y gimo y no me muevo, lo único que hago es abrirme más, mostrándote que mi clítoris está excitado. Tu sigues en tu postura de dominación, dándome y satisfaciendo tu oído con mis gemidos.

Una vez me hayas dado bien a 4 patas, quieres mas, estas excitada, motivada, por una vez te he dejado claro que puedes hacer conmigo lo que quieras, cumplir tus fantasías, yo estoy en trance, he muerto de placer varias veces, pero tu necesitas mas, mis jadeos te ponen,  me dejas caer en la cama, boca arriba desnuda, mi entrepierna mojada, muy mojada, excitadisima por la penetración que se ha llevado. 

Acto seguido te  chupas los dedos, y me los pasas abriéndome los labios de abajo, automáticamente mis piernas se abren, sonríes picaramente, es lo que querías, que me abriese a tu paso Me coges las piernas, te las pones en los hombros. Y estando encima mía  vuelves a darme, esta vez me tienes cara a cara, pero no puedo ni mirarte, estoy gimiendo, me agarras la cara obligándome a mirarte, sonríes, sigo excitada sin parar de gemir, mirándote a los ojos, mientras me estás dando fuerte y seguido con el arnés.

Me estas haciendo abrirme como nunca, mis gemidos no cesan, vuelvo a sentir esa explosión dentro de mi, paras y caes a mi lado, mi cuerpo palpitando, sudado y yo entera empapada, todo esto provoca en ti mayor gana de darme de nuevo, no quieres perder esta oportunidad, no hace falta ni que me engatuses, ya estoy bien empapada y dispuesta a relajarme y abrirme.

Te levantas, no dejas de mirarme desnuda, estoy tumbada boca arriba, quieres volver a darme, no te importa si estoy cansada o no, me elevas y me pones en la pared, apretándome contra ella. Colocas una silla al lado, me levantas la pierna apoyándola en la silla, que lista, así me tienes más abierta; empiezas a apretarme contra la pared para darme bien con el arnés. Otra vez, tercera vez. Me agarro a ti, me aferro para mantenerme de pie, las piernas me tiemblan, pero lo esta disfrutando bien, sintiendo como entra y sale, deslizándose de lo mojadita que voy.


Te gimo como puedo que me voy a volver a correr, tu entrepierna va a reventar de tanto darme y excitarse. Estas en un momento de dominación total, estoy contra la pared, sin moverme,me tienes bien enseñadita de que te avise al correrme, "me corro me corro oh"  y paras en seco, me coges de la cabeza y me arrodillas, te quitas rápidamente el arnés, diriges tu entrepierna hacia mi cara, me empapas la cara de tus fluidos  entiendo que debo comértelo así que me dispongo a ello sacando la lengua, moviendola. Me aprietas contra la pared para  que te lo coma bien, asegurándote que no dejo nada. Mientras me masturbo para poder terminar de correrme por no se cuanta vez consecutiva. Y ahí me hallo de rodillas masturbándome para ti, mientras te como todo, haciéndote saber que soy solo tuya.